Saludos a todos amig@s seguidores de este espacio . En esta oportunidad les traemos una historia bien linda y a la vez conmovedora espero sea de su agrado tambien...


Se trata de una conversación que entablan un padre cuyo nombre es Luis y su pequeña hija de 10 añitos que lleva por nombre Rosario.




En si la narración es extensa (5 páginas). es por tal motivo que hice un resumen de esta bella historia ....... espero que guarde correlación entre párafo y párrafo.






LLEVA POR TITULO :













:: CUANTO ME AMAS ::



El día que mi Hija nació, en verdad no sentí gran alegría. Por que la decepción que sentía parecía, ser más grande que el gran acontecimiento que representa tener una hija.

¡¡¡¡ Yo quería un varón !!!! Exclamo Luis

A la hora de haber nacido, fui a buscar a mis dos Tesoros, mi esposa lucìa pálida y agotada y mi retoñito radiante y dormilona.






En pocos meses me dejé cautivar por la sonrisita de mi Rosarito y por la infinita inocencia de su mirada fija y penetrante, fue entonces cuando empecé a amarla con mucha ternura.

Su carita, su sonrisita y su mirada no se apartaban ni por un instante de mis pensamientos, todo se lo quería comprar, la miraba en cada niño o niña, hacía planes sobre planes, todo sería para mi Rosarito.

Este relato era contado a menudo por Luis, el padre de Rosario el sentía gran afecto por la niña que era la razón más grande para vivir de Luis según narraba el mismo.

Cierto día salieron de paseo al campo Luis y su pequeñita a la orilla de un río cerca de casa y la niña entabló una conversación con su papá :




Hija (Rosario) :




Papi,... ¿me amas? ......cuándo cumpla quince años ¿Cuál Será mi regalo?





Padre (Luis) :



-Pero mi amorcito, si apenas tienes diez añitos, ¿No te parece que falta mucho para esa fecha?



Hija (Rosario) :






Bueno papito,... tu siempre dices que el tiempo pasa volando, aunque yo nunca lo he visto por aquí.

La conversación se extendía. Al caer el sol regresaron a casa.

Una mañana me encontré con Luis al frente del colegio donde estudiaba Rosario quien ya tenía catorce años. Luis se veía muy contento y la sonrisa no se apartaba de su rostro.

Con gran orgullo me mostraba las calificaciones de Rosario, eran notas impresionantes, y los estímulos que les habían escrito sus profesores eran realmente conmovedores. Felicitando al dichoso papá

Rosarito (como le llamaba su padre de cariño) ocupaba toda la alegría de la casa, en la mente y en el corazón de la familia, especialmente en el de su papá.

Fue un Domingo muy temprano cuando nos dirigíamos a misa, cuando Rosarito tropezó con algo, eso creyeron todos (pero no era asi) y dio un traspié, su papá la agarró de inmediato para que no cayera...Ya instalados en la iglesia, vimos como Rosarito fue cayendo lentamente sobre el banco y casi perdió el conocimiento.



La tomamos en brazos, mientras su papá buscaba un taxi hacia el hospital.

Allí permaneció por diez días y fue entonces cuando le informaron que su hija padecía una grave enfermedad que afectaba seriamente su corazón, pero no era algo definitivo, qué debía practicarle otras pruebas para llegar a un diagnóstico firme.

Los días iban pasando, Luis renunció a su trabajo para dedicarse al cuidado integro de Rosarito, su madre quería hacerlo pero decidieron que ella trabajaría, pues sus ingresos eran superiores a los de él.

Una mañana Luis se encontraba al lado de su hija, cuando ella le preguntó:



Hija (Rosario) :




¿Voy a morir, no es cierto papito? ..... ¿Te lo dijeron los doctores?



Padre (Luis) :



No mi amorcito...no vas a morir, Dios que es tan grande, no permitiría que pierda lo que más he amado sobre este mundo. respondió el padre.

-¿cuándo se muere Van a algún lugar?
¿Pueden ver desde lo alto del cielo a su familia?
¿Sabes si pueden volver?
preguntaba su Hija.

Bueno hijita,... en verdad nadie ha regresado de allá a contar algo sobre eso, pero si yo muriera, no te dejaría sola, estando en el mas allá buscaría la manera de comunicarme contigo, en última instancia utilizaría el viento para venir a verte.

¿Al viento? ¿Y cómo lo harías?

No tengo la menor idea hijita, solo sé que si algún día muero, sentirás que estoy contigo, cuando un suave viento roce tu cara y una brisa fresca bese tus mejillas.
Al día siguiente , llamaron a Luis, el asunto ya era grave, su hija estaba muriendo. Necesitaban un corazón, pues el de ella no resistiría sino unos quince o veinte días más.

¡UN CORAZÓN!
¿Dónde hallar un corazón?
¡Un corazón!
-¿Dónde Dios mío?


Ese mismo mes, Rosarito cumpliría sus quince años. Y fue el viernes por la tarde cuando consiguieron un donante muy singular, una esperanza iluminó los ojos de todos, las cosas iban a cambiar.

El Domingo por la tarde ya Rosarito estaba operada, todo salió como los médicos lo habían planeado. ¡Éxito total!

Sin embargo, Rosario extrañaba mucho a su padre Luis por que no le venia a visitar al hospital, su mamá entre sollozos le decía que ya todo estaba muy bien y que su papito pronto regresaría.
(sin presagiar que el era el donante quien salvo su vida)

Rosarito permaneció en el hospital por quince días más, los médicos no habían querido dejarla ir hasta que su corazón estuviera firme y fuerte y así lo hicieron.

Al llegar a casa todos se sentaron alrededor de la mesa y su mamá con los ojos llenos de lágrimas le entregó una carta de su padre.




Carta de su padre Luis :




"Rosarito, hijita de mi corazón: Al momento de leer mi carta, ya debes tener quince años y un corazón fuerte latiendo en tu pecho, esa fue la promesa que me hicieron los médicos que te operaron. No puedes imaginarte ni remotamente cuanto lamento no estar a tu lado en este instante.






Cuando supe que ibas a morir, decidí dar respuesta a una pregunta que me hiciste cuando tenias diez añitos y a la cual no respondí.






Decidí hacerte el regalo más hermoso que nadie jamás haría por mi hija... Te regalo mi vida entera sin condición alguna, para que seas una persona de bien.
¡¡Vive hijita mia!! ¡¡Te amo con todo mi corazón!!




Rosarito lloró todo el día y toda la noche; Al día siguiente fue al cementerio y se sentó sobre la tumba de su papá; lloró como nadie lo ha hecho
y susurró:

" Papito... ahora puedo comprender cuanto me amabas yo también te amaba y aunque nunca te lo dije, ahora comprendo la importancia de decir
"Te Amo" y te pediría perdón por haber guardado silencio tantas veces ".


En ese instante las copas de los árboles se mecieron suavemente, cayeron algunas hojas y florecillas, y una suave brisa rozó las mejillas de Rosarito atenuando sus lagrimas, alzó la mirada al cielo, y se dirigió a su padre.

Papito ... quiero que sepas que tu nunca has muerto... estas vivo y latente en mí... gracias por darme la vida por segunda vez. que Dios te tenga en su reino por haber sido tan bueno en esta vida.

intentó secar las lagrimas de su rostro, se levantó y emprendió regreso a casa.














Decidimos compartir esta bella historia con ustedes y decirles....








Nunca dejes de decir
"TE AMO"
No sabes si será la ultima vez...
CADA DIA A CADA INSTANTE EXPRESA TU AMOR A TUS SERES MAS QUERIDOS.

por que cuando se van al mas allá puede ser ya tarde.


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hasta una proxima opotunidad att. Juana Rojas Alvarez & Lex Diaz